Este lunes, con la toma de posesión de Donald Trump como el 47º presidente de los Estados Unidos, se ha declarado una emergencia migratoria en la frontera norte de México. La nueva administración ha anunciado medidas severas para frenar la migración, las cuales incluyen deportaciones masivas y el envío de contingentes militares para “repeler la invasión” de migrantes.

En sus primeros cuatro años de gobierno (2017-2021), la administración de Trump deportó a más de 68,500 oaxaqueños, una cifra alarmante que podría aumentar en su nuevo mandato. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), durante estos años, la media de deportaciones de oaxaqueños fue de 17,126 por año, lo que equivale a aproximadamente 47 deportaciones diarias.

A lo largo de su primer mandato, Trump no solo incrementó las deportaciones, sino que también categorizó a los cárteles de drogas como “organizaciones terroristas extranjeras” y adoptó políticas más estrictas en cuanto a la inmigración, promoviendo una retórica de “defensa de la frontera” y presentando la migración como una amenaza directa a la seguridad nacional.

Sin embargo, a pesar de las amenazas del nuevo gobierno republicano, la administración del presidente demócrata Joe Biden también representó una época difícil para la comunidad oaxaqueña en los EE.UU. Durante los primeros cuatro años de Biden (2021-2024), se deportaron 69,688 oaxaqueños, cifra que superó en un 1.7% las deportaciones registradas durante el mandato de Trump.

De acuerdo con cifras oficiales, el 2022 fue el año con el mayor número de deportaciones, alcanzando un récord histórico de 22,928 oaxaqueños repatriados, lo que representa una media de 5 deportaciones cada dos horas. Sin embargo, en los últimos dos años de la administración Biden, las cifras disminuyeron ligeramente, con alrededor de 15,900 deportaciones de oaxaqueños en 2023 y 2024.

El regreso de Trump a la presidencia ha generado un clima de temor y ansiedad entre las familias oaxaqueñas, muchas de las cuales tienen seres queridos en los Estados Unidos. En su toma de posesión, Trump reafirmó su postura de deportar a todos aquellos que ingresen de manera irregular a su país, sin importar el tiempo de residencia o la situación familiar, incluyendo a personas con hijos nacidos en EE.UU.

Actualmente, se estima que alrededor de 1.2 millones de migrantes oaxaqueños residen en los Estados Unidos, con una gran mayoría establecida en California. Este importante grupo enfrenta una nueva amenaza de deportación, que pone en riesgo tanto su bienestar como el de sus familias, generando incertidumbre sobre su futuro en el país vecino.

Ante esta situación, la comunidad oaxaqueña y las autoridades mexicanas están en alerta, observando con preocupación las políticas migratorias que se implementarán durante el nuevo mandato de Trump, temiendo que la “guerra” contra la migración se intensifique aún más.