Oaxaca de Juárez, Oax., 12 de junio de 2025 — En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), datos recientes revelan que el estado de Oaxaca enfrenta una de las problemáticas más graves del país en materia de derechos de la infancia: el trabajo infantil.

Según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 18.5 por ciento de las niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años en Oaxaca se encuentra trabajando. Esto representa a 186 mil 881 menores de un total de más de un millón en ese rango de edad.

La mayoría de estos menores trabajadores son varones, con 116 mil 825 casos, mientras que 70 mil 56 son mujeres. Más preocupante aún es que 119 mil 445 infantes y adolescentes realizan labores no permitidas por la ley, ya sea por su edad o por tratarse de actividades peligrosas.

La Ley Federal del Trabajo, en su artículo 175, prohíbe expresamente la participación de menores de 18 años en entornos insalubres, peligrosos, de riesgo moral o en horarios inadecuados, como después de las 10 de la noche o en expendios de bebidas alcohólicas.

A esta situación se suma que 84 mil 367 menores en Oaxaca realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, lo que también forma parte del espectro del trabajo infantil encubierto.

En días recientes, Tania Ramírez Hernández, directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), recordó que Oaxaca no solo encabeza la lista de estados con mayor porcentaje de trabajo infantil, sino que también enfrenta altos niveles de pobreza extrema y carencias en vivienda para la población infantil.

“Oaxaca es el décimo estado en cantidad de niñas, niños y adolescentes, pero el primero con trabajo infantil, el segundo con carencias por calidad y espacios de vivienda, y el tercero con mayor porcentaje de menores en pobreza extrema”, señaló la activista.

Esta alarmante situación pone de relieve la urgencia de fortalecer políticas públicas integrales que garanticen el derecho a la educación, el juego y una vida libre de explotación para la niñez oaxaqueña.