Traficantes colombianos y mexicanos operaban en aguas del litoral del Pacífico una red de contrabando de cocaína en alta mar. Se trata de una operación criminal nunca antes documentada en nuestro país.
A 200 millas náuticas, frente al litoral del Pacífico, desde las costas de Chiapas hasta Jalisco, se ubica el corredor marítimo de contrabando.
Se trata de una especie de carretera del polvo blanco que inicia en el municipio de Tumaco, en el Pacífico colombiano, frontera con Ecuador, y concluye en las costas de los estados que comprenden el Pacífico mexicano.
Este corredor es la zona con más aseguramientos en México de lanchas rápidas cargadas con cocaína y narcosubmarinos procedentes de Sudamérica y Centroamérica.
La Secretaría de Marina Armada de México, con el apoyo del centro de análisis, inteligencia, estadística, ciberseguridad, y seguridad física, bajo la supervisión del Estado Mayor General de la Armada lo detectó, lo que permitió desmantelar una compleja red de puntos de tráfico en alta mar que operaban con la ayuda de GPS y plataformas flotantes construidas de forma rudimentaria.