El PRI no va a desaparecer, veo difícil que José Murat, artífice de grandes construcciones políticas, permita que el partido muera. Al contrario, creo que él sabe que la democracia en México le permite elevar la rentabilidad de un partido que ahora se le ve pequeño. Además, quienes hoy controlan el PRI, seguramente tendrán bastante juego en al ámbito legislativo que se viene partir de 2024.

Alito no tendrá problemas con la ley, pues se sometió al juego de Palacio Nacional.

Alejandro Murat, tampoco tendrá problemas, pues ya se bajó de la candidatura del Frente.

Incluso, muchos ven muy probable que el PRI abandone la coalición opositora. Cosa que no nos sorprende viniendo de Alito, pues la historia de sometimiento al presidente ya la conocemos. Lo que sorprende más bien es que le están haciendo el caldo gordo a Adán Augusto.

Cuentan que el actual PRI se doblega a los intereses del grupo de Adán. También auguran que la desbandada del Chino Chong, Eruviel y demás tricolores, sólo fomentarán el crecimiento del pastel de MORENA en las próximas elecciones federales, es decir, el partido guinda ya no sólo ganará la contienda, sino que lo hará con una ventaja apabullante sobre el resto de partidos.

Y tal vez el PRI no salga de la coalición opositora, pero igualmente podría jugar a favor de MORENA, como ocurrió en Oaxaca.

Además, si el tricolor se mantiene en la coalición, mantendrían fuera de la misma al Movimiento de Dante Delgado, que en la retórica tiene sus pronunciadas diferencias con el PRI, pero la realidad es que el Señor de Polanco no le puede ver la cara al veracruzano. Quién sabe qué broncas se traigan estos dos Echeverristas… Pero es raro ver como el gran político que se lleva bien con AMLO, con Creel y demás líderes panistas, o que dice “traer” de sus perros a Zambrano y Jesús Ortega; no tenga la humildad política para acordar con Dante, quien al parecer, acabará por ser el candidato de su propio partido.

En fin, es curioso ver que al año de muerte de Luis Echeverría, tengamos al frente de la política nacional a 3 de sus legatarios: AMLO, Murat y Dante… Y como les dije, entre estos últimos dos, no existe el juego de la política, sino del odio.

MC y el PRI no se ven reconciliables ahora mismo. Así que el discurso divisorio de Enrique Alfaro es totalmente estéril.