En las últimas dos décadas, Oaxaca ha visto un alarmante aumento en las muertes anuales por diabetes, colocándose actualmente entre los diez estados con mayor mortalidad por esta enfermedad. Este incremento se debe en gran parte al sobrepeso y la obesidad, condiciones directamente asociadas con el alto consumo de bebidas azucaradas y productos ultraprocesados.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2000 Oaxaca registró mil 155 muertes por diabetes, ubicándose en el doceavo lugar a nivel nacional. Sin embargo, lejos de disminuir, la mortalidad ha aumentado, y en el primer semestre de 2024, el estado reportó 2,325 muertes, ocupando el octavo lugar en el país. En 2023, la diabetes fue la segunda causa de muerte en Oaxaca, solo detrás de las enfermedades del corazón, con un total de 4,361 defunciones.
La Alianza por la Salud Alimentaria destaca que la población indígena de Oaxaca es particularmente vulnerable a la diabetes, debido a los cambios en los hábitos alimenticios, que han incorporado en gran medida productos ultraprocesados y bebidas azucaradas. Estos alimentos representan el 24% de la ingesta calórica en la población oaxaqueña, desplazando a los alimentos tradicionales y más nutritivos.
Jorge Vargas, investigador de El Poder del Consumidor, subraya que las enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, son una de las principales amenazas para la salud pública en Oaxaca. La fácil disponibilidad de productos chatarra y bebidas azucaradas en el estado contribuye a una alta tasa de obesidad y sobrepeso, sin embargo, no existen actualizaciones recientes de las estadísticas sobre estas condiciones. Los datos más recientes provienen de 2018, donde se estimaba que el 70% de los adultos oaxaqueños sufrían de obesidad y sobrepeso, mientras que en niños y niñas, la prevalencia era del 20%.
Este aumento en los casos de obesidad y sobrepeso también ha generado un incremento en la mortalidad por enfermedades relacionadas, como la hipertensión arterial y la diabetes, condiciones que durante la pandemia de COVID-19 fueron factores de riesgo determinantes en las muertes. El sedentarismo y el consumo excesivo de productos ultraprocesados, exacerbado por el confinamiento, contribuyeron a este fenómeno.
En localidades como Oaxaca de Juárez, Juchitán, Salina Cruz y Santa Cruz Xoxocotlán, la población femenina es la más afectada por estas enfermedades, reflejando un patrón preocupante en las principales regiones del estado.
El creciente impacto de la diabetes en la población oaxaqueña resalta la urgente necesidad de políticas públicas enfocadas en la educación nutricional, la regulación de productos dañinos y la promoción de hábitos de vida más saludables, con el fin de frenar este grave problema de salud pública.