Desde hace más de cuatro décadas, el conflicto agrario entre San Martín Peras y Santo Reyes Zochiquilizala en la Mixteca de Oaxaca ha estallado una vez más, desencadenando balaceras que han cumplido ya 48 horas de intensidad. En medio del fuego cruzado, las autoridades estatales han sido agredidas, y uno de los vehículos policiales ha sido blanco de múltiples disparos, evidenciando la peligrosa escalada de violencia en la región.
Las familias de Zochiquilazala se encuentran atrapadas en sus hogares, incapaces de salir debido al riesgo constante que representa la situación. El presidente municipal de Peras ha instado a los residentes a resguardarse, advirtiendo sobre el peligro inminente de sufrir ataques.
Durante los enfrentamientos, la policía estatal ha sido objeto de agresiones directas, dejando en evidencia la peligrosa situación en la que se encuentran los encargados de mantener el orden en la zona. La falta de cese en el tiroteo ha impedido que se puedan tomar medidas para garantizar la seguridad en el área de conflicto.
El escenario se ha complicado aún más con el incendio de una parte del bosque en disputa y el bloqueo de carreteras importantes, aislando aún más a las comunidades afectadas y generando una crisis humanitaria en potencia.
Hasta el momento, ni las autoridades locales ni estatales han anunciado iniciativas concretas para abordar la crisis y detener la violencia. Las comunidades afectadas claman por la intervención urgente de las autoridades pertinentes para evitar más pérdidas humanas y poner fin al conflicto que ha cobrado ya múltiples heridos.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca ha abierto investigaciones por las agresiones, destacando la gravedad de la situación y la urgencia de tomar medidas para proteger a la población civil.
En respuesta a la agresión contra los cuerpos de seguridad, el gobierno de Oaxaca ha condenado enérgicamente los ataques, destacando la importancia de proteger la integridad de aquellos que velan por la seguridad ciudadana.
En medio de la tensión y la incertidumbre, la necesidad de un diálogo efectivo y la coordinación entre todas las partes involucradas se hace cada vez más imperativa para lograr una solución pacífica y duradera a este conflicto arraigado en décadas de disputa territorial.