Un escándalo de corrupción cruza la frontera: dos empresarios mexicanos, residentes en Texas, están bajo la lupa del Departamento de Justicia de Estados Unidos por su presunta participación en un esquema de sobornos para asegurar contratos millonarios con Petróleos Mexicanos (PEMEX) y su filial PEMEX Exploración y Producción (PEP).
Los acusados, Ramón Alexandro Rovirosa Martínez (46 años), de The Woodlands, Texas, y Mario Alberto Ávila Lizarraga (61 años), de Spring, Texas, habrían pagado sobornos en efectivo y regalos de lujo a funcionarios mexicanos entre 2019 y 2021 para que sus empresas obtuvieran contratos preferenciales con la petrolera estatal.
Según los documentos judiciales, los sobornos sumaron al menos 150,000 dólares (unos 2.8 millones de pesos), e incluyeron bolsos Louis Vuitton, relojes Hublot, efectivo y otros objetos de alto valor. Gracias a estos pagos, las empresas ligadas a Rovirosa habrían ganado contratos por más de 2.5 millones de dólares.
Actualmente, Rovirosa ya fue detenido y presentado ante un juez, mientras que Ávila sigue prófugo. Ambos enfrentan cargos de conspiración y violaciones a la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA), con penas de hasta cinco años por cargo.
La investigación está a cargo del FBI, la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y la Oficina del Inspector General de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, con apoyo crucial de la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia.
Este caso forma parte de una estrategia más amplia para combatir la corrupción transnacional, especialmente cuando involucra a recursos públicos y empresas estatales.