El Secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean P. Duffy, anunció el pasado sábado una serie de medidas dentro de la política “America First” para responder al que calificó como un “flagrante desprecio” de México hacia el Acuerdo de Transporte Aéreo bilateral firmado en 2015. Entre las acciones anunciadas, el Departamento de Transporte estadounidense advirtió que se reserva el derecho de rechazar solicitudes de vuelos desde México si no se toman medidas correctivas inmediatas.

Estas acciones buscan sancionar lo que Washington considera una conducta “anticompetitiva” del gobierno mexicano, que ha incumplido sus compromisos al rescindir de forma abrupta slots en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez (AICM) y al forzar la salida de aerolíneas de carga estadounidenses. El pretexto para estas decisiones fue la construcción de infraestructura para aliviar la saturación del aeropuerto, pero a tres años del anuncio dicha obra aún no se ha concretado.

El Departamento de Transporte sostiene que México carece de un sistema transparente y no discriminatorio para la asignación de slots, conforme a estándares internacionales, lo que genera serias preocupaciones sobre la competitividad a largo plazo en el mercado aéreo entre ambos países.

Entre las medidas anunciadas, destacan tres acciones clave:

  1. Una orden conforme a la Parte 213 que exige a las aerolíneas mexicanas presentar sus horarios para todas las operaciones en territorio estadounidense.
  2. Una orden conforme a la Parte 212 que obliga a las aerolíneas mexicanas a obtener aprobación previa del Departamento antes de operar vuelos chárter con aeronaves grandes hacia o desde Estados Unidos.
  3. Una orden suplementaria de “mostrar causa” que propone retirar la inmunidad antimonopolio (ATI) que actualmente beneficia a la alianza Delta/Aeroméxico, con el objetivo de corregir los problemas de competencia en el mercado.

El Departamento subraya que desde 2022, México ha modificado significativamente las condiciones del mercado aéreo, reduciendo la competencia y favoreciendo a competidores dominantes. Advirtió que, si no se toman medidas correctivas, se reservará el derecho de rechazar solicitudes de vuelos provenientes de México.

Aunque la revocación de la ATI impediría a Delta y Aeroméxico coordinar tarifas, compartir ingresos y gestionar capacidad conjunta, ambas aerolíneas podrían continuar colaborando mediante acuerdos más limitados como código compartido, marketing conjunto y programas de viajero frecuente. Delta mantendría su participación accionaria en Aeroméxico y sus operaciones en el mercado EE.UU.-México sin restricciones.

El secretario Duffy también mencionó que otros países, especialmente europeos, están siendo monitoreados para asegurar que apliquen reglas equilibradas en sus aeropuertos y no impongan restricciones injustificadas. “El Departamento está comprometido a hacer cumplir nuestros acuerdos para garantizar mercados de aviación justos y competitivos”, afirmó.

En respuesta, el Gobierno de México defendió las medidas adoptadas en el sistema aeroportuario del Valle de México, señalando que buscan mejorar la seguridad, eficiencia y competitividad del sector aéreo. A través de un comunicado de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, destacó que la reubicación de operaciones de carga al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y la modernización del AICM forman parte de una estrategia integral.

El comunicado resaltó mejoras concretas en el AICM, como una reducción del 22% en el tiempo de ocupación en pista, 83% menos tiempo de espera en migración y una mejora del 69% en filtros de seguridad, posicionándolo como el tercer aeropuerto más puntual del mundo. Además, el AIFA ha incrementado en 161% el número de aerolíneas de carga, pasando de 18 a 47, y movilizado más de 843 mil toneladas desde febrero de 2023.

Finalmente, el gobierno mexicano reiteró su disposición al diálogo internacional y su compromiso para trabajar coordinadamente con aerolíneas, autoridades extranjeras y organismos internacionales, buscando que las decisiones adoptadas generen beneficios tangibles para pasajeros y un desarrollo sostenible de la industria aérea.