A unas semanas de su creación, el llamado “mini-INE” se disolvió. Ante la resistencia de los partidos políticos para no entregar a la ciudadanía el método de selección de la candidatura presidencial, el Frente Cívico Nacional no logró mantener la independencia del grupo creado para impulsar una consulta ciudadana, lo que desató inconformidades de quienes habían condicionado su asesoría a que los partidos no tuvieran el control.

Se reveló el pasado viernes que un grupo de 11 personas de la sociedad civil, ex consejeros del INE e IFE y una ex magistrada presidente del Tribunal Electoral encabezados por el ex titular del IFE, Leonardo Valdés Zurita, propusieron encargarse de una elección primaria abierta a la ciudadanía, sin involucrar a PAN, PRI y PRD ante las limitantes legales de hacer proselitismo antes de tiempo.

La propuesta se presentó a Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, dirigentes nacionales de PAN, PRI y PRD, respectivamente; sin embargo, de acuerdo con personas implicadas en el proceso, al ver a sus partidos desdibujados en el método volvieron al planteamiento partidista.

Lo que chocó con las condiciones que plantearon desde el inicio algunos integrantes, como Sergio Aguayo, Mariclaire Acosta o Guillermo Sheridan, quienes aceptaron estar en el Consejo Electoral Ciudadano, solo si se garantizaba independencia de los partidos políticos.

​La estrategia original era aplicar un protocolo de idoneidad como los que realizan la ONU y la OEA en perfiles de alto nivel y revisar una propuesta de gobierno que no incluyera plagios, pero los partidos políticos lo modificaron para que el requisito sea reunir 150 mil firmas en todo el país.

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