La presidencia municipal de Oaxaca es la cabeza más visible en el Estado, más que la de un senador y sólo después de la del gobernador. Digamos que el capital político del primer concejal es de suma importancia.

Hoy, Martínez Neri, en su importante posición, lleva la batuta para enlodar la marca guinda. Ya corre el 5º año en el que la marca MORENA se desgasta … nomás que sigue siendo obradorista.

Pero eso no impide que el tricolor de Villacaña, algún aspiracionista como Marcos Gonzalez, del Movimiento Chapulín, o bien, algún opositor del edil capitalino aprovechen la situación de desgracia que vive la ciudad para poder hacerse de la presidencia municipal.

Neri es la piedrita en el zapato de Palacio Estatal… y puede que también lo sea en el zapato de varios que se enfilan a ocupar un escaño en el Senado. ¿Quién de ellos y cómo explotarían el capital político de esta ciudad?

Nino y Laura creen que les alcanza con pagar espectaculares. Se nota su lana, pero ¿hay estructura? ¿Cómo se colocarían en las encuestas?

Si existieran encuestas, muchos dicen que el mejor posicionado sería Benjamin. Recorrió el estado con Gabino y con AMLO, ya hizo una campaña a senador y la ganó, ha sido candidato a presidente municipal e incluso a gobernador pensando que podía vencer a Jara y a Murat.

Pero Benjamín no jala con el gobernador, hasta dicen que lo quiere bajar de las encuestas. Y no sólo eso, la grilla de Lopez Nelio en el PT está a tope… y alguien debe estar detrás de eso.

Otra figura que ni se baja ni se descarta pero que todavía no se lanza, es el “Mero Mero”, quien dicen que tendría un empate técnico de conocimiento con la gente respecto de Benjamín.

La posición de Jesús Romero es delicada, tiene en sus manos las tareas de gobernabilidad en el estado., y también tiene en sus manos la opinión positiva que, hasta el momento, tiene la gente de él. Y esto es un factor más que lo colocarían en una posición muy favorable en hipotéticas encuestas.

En fin, esto no es una profecía, sólo un posible escenario de muchos que pueden suceder. A fin de cuentas es política de lo que estamos hablando.