La música bajo amenaza: la IA ya genera bandas completas y compite con artistas reales

La industria musical enfrenta un nuevo reto: bandas enteras generadas por inteligencia artificial que ya están conquistando plataformas como Spotify. Desde el rock retro de Velvet Sundown hasta el country digital de Aventhis y The Devil Inside, la IA está produciendo música que acumula millones de reproducciones… sin que nadie sepa realmente quién está detrás.

Lo más preocupante para muchos músicos es que estos proyectos creados totalmente por algoritmos están empezando a quedarse con una parte del pastel que antes era exclusivo de los artistas humanos.

“Veremos mucha música donde no sabremos quién la hizo ni cómo se creó”, advierte el productor y ganador del Oscar Leo Sidran. Para él, esto refleja lo repetitiva y predecible que se ha vuelto cierta música comercial.

En el pódcast Imagine AI Live, el productor Yung Spielburg hace una distinción clara: la IA no es una amenaza para la escucha activa —cuando pones atención real a lo que suena—, pero sí para la escucha pasiva, esa que acompaña tareas cotidianas como cocinar o manejar.

Si la IA genera música que pasa desapercibida en segundo plano, como ya sucede en playlists de ambiente o en espacios públicos, los sellos discográficos podrían preferirla porque no hay que pagar derechos. “Las plataformas ya llenan listas con música de ‘relleno’ firmada por artistas fantasmas”, señala Dennis DeSantis, académico de la Universidad de Rochester.

Este fenómeno también afecta a otras áreas como el cine, la TV, la publicidad o incluso tiendas y restaurantes, donde la música no es el foco pero está siempre presente. Y aunque algunas canciones sólo usan la IA parcialmente, el trabajo disponible para músicos de carne y hueso está disminuyendo.

Mathieu Gendreau, experto en industria musical, cree que la gran pregunta es cómo se va a repartir el dinero ahora que la IA entra al juego. Él, al igual que Sidran, ha notado una baja en encargos musicales desde el año pasado. “Sospecho que muchos clientes que antes me pedían música, ahora lo resuelven con IA”, afirma Sidran en su pódcast The Third Story.

La IA no es el primer cambio disruptivo en la música —antes llegaron la radio, el beatbox, el software Pro Tools y el streaming—, pero para George Howard, profesor del Berklee College of Music, este cambio no tiene comparación.

La batalla ahora está en los tribunales, donde los dueños de derechos demandan a las compañías de IA generativa. El problema: estos juicios pueden tardar años.

Gendreau lo tiene claro: la IA llegó para quedarse. Por eso enseña a sus alumnos a no depender sólo de la música y diversificar su trabajo.

Y Sidran concluye con una advertencia esperanzadora: “No hagas lo obvio… la IA ya lo hizo. Sé único”.