El pueblo es la única víctima de los actos de corrupción que cometen los funcionarios públicos, pero también sufrimos de sus incapacidades para dar marcha a la actividad gubernamental. Deberían tener el valor de renunciar cuando el cargo los rebase.En Oaxaca, todos conocemos la fracasada gestión de Francisco Martínez Neri. La escalada de inseguridad que azota la capital, no es culpa Pepe Murat, como sospechan en el palacio estatal de gobierno, sino que en realidad se origina en la corrupción que se vive al interior de los ayuntamientos de la capital Oaxaqueña y sus municipios aledaños. El negocio que operan distintos regidores y los mismos presidentes municipales de otorgar permisos para la apertura de bares, terrazas y hoteles que destinan su giro exclusivamente a la prostitución, se ha convertido en un nido de inseguridad que permea toda la capital oaxaqueña y municipios aledaños.Que por cierto, Xoxo es un importante municipio conurbado de la capital, asienta nuestro aeropuerto, y la zona arqueológica de Monte Albán, pero también alberga teibols y cientos de centros de vicio con permisos irregulares.No hay que acudir a expertos para señalar que el negocio del alcohol y la prostitución va de la mano con las drogas y la trata de blancas. Y seríamos tontos si no reconocemos que en esos negocios siempre está involucrado el crimen organizado. Si no me creen, juzguen ustedes por sí mismos, pero el Doctor Inocente Castellanos tiene la presencia del ejército en las calles de Xoxo, y su ex comisionado de seguridad, con su renuncia, indudablemente revela que la situación de la inseguridad ya se les fue de las manos.Hoy las denuncias ciudadanas en Xoxo y en la capital, se acompañan de quejas por asesinatos, desapariciones y feminicidios. Concejales, mejor renuncien si no pueden, no queremos que a un destino turístico tan prometedor, se le sume el atractivo del turismo sexual y el desenfrenado consumo de drogas…porque eso, inevitablemente, traerá más crimen y más inseguridad… ya lo estamos viviendo.