Del Canciller Marcelo Ebrard no decimos nada, ya que en este juego de “las corcholatas” parece que no figura. Ahora se ha convertido en una competencia para ver quien tiene más seguidores en tiktok.

Ni la jefa de gobierno ni el canciller consiguen entender que la ciudadanía ya no busca encuadres inteligentes ni palabras simpáticas; el mismo presidente de la república lo dice con contundencia: el pueblo ya cambió, está cada vez más politizado, más informado. Así, sin TikTok ni memes empalagosos, el secretario de gobernación se posiciona como favorito para suceder al presidente de la misma manera que López Obrador se posicionó en su momento, con trabajo y resultados.


Mientras tanto, los capitalinos le exigen a la jefa de gobierno, más trabajo y menos tiktok.