Antes que nada, se lamenta la pérdida de Diego Ignacio. Supongo que sus padres, víctimas del delito, no volverán a sentir felicidad plena.

Entonces, la justicia es lo único que les queda. Pero la justicia implica algo más profundo que aprisionar a un policía.

No se trata de revocar un ayuntamiento, como ridículamente de planteó en el congreso del Estado (@lizconcha @Leo_Díazj @NoeDoroteo )
Recuerden señores legisladores que , ya no por ley sino por Principio Constitucional, la revocación procedería contra el Ayuntamiento de Santa Lucía si éste quisiera ser removido por quien fue electo, es decir, por el propio elector, y fue el propio elector el que votó a
Juan Carlos en urnas en el reciente proceso electoral (ya por segunda ocasión)

Sin embargo, causa curiosidad el nivel de linchamiento político que se está llevando Juan Carlos. Hasta el Gobernador mostró un pronunciamiento muy contrario a la estrecha amistad que guardan los mandatarios ¿Qué está pasando?

Esta inexplicable reacción crítica del góber la esclarece la grilla al interior de Palacio… decían que Juan Carlos podría ocupar una Secretaría en el gabinete de Jara… y tal vez eso no le plazca a los intereses de la oficina principal de la Secretaría General de Gobierno, o bien, de Flavio Sosa (como afirman muchos)…

Pero también puede explicarse con la intención del gobernador de afianzar la profesionalización de los cuerpos policiales, creando hace unos días la Universidad de la Seguridad Pública (@SESESP @SSPC @Sego @karina barón @chuchoromero)… de urgente necesidad, por cierto.

Esto nos conduce nuevamente a la explosión de un arma de fuego sobre la vida de un estudiante.

No chinguen, sólo un retén militar pudo haber reaccionado como aquel policía que disparó el arma. ¿Acaso su vida se encontraba en riesgo inminente? No. Entonces lo que debió haber hecho es treparse a su patrulla y perseguir al chico. Ah pero si el “chico Anahuac” hubiera sacado un arma, ahí podría caber una justificación … pero así se hacen los chismes. Ya será la fiscalía la encargada de esclarecer los hechos.

Es cierto que el policía actuó mal, y también es cierto que los alcoholímetros no tienen la mejor reputación; Nomás que es muy fácil criticar lo que está pasando pero nadie presta atención a lo que se estuvo evitando. Es decir, hoy se cuenta una tragedia, pero no se cuentan cientos de tragedias que pudieron haber ocurrido si no hubieran existido esos alcoholímetros… la gente que maneja peda mata, no a disparos pero también mata.