
La movilidad en Oaxaca vuelve al centro de la conversación luego de que el gobernador Salomón Jara Cruz anunciara un proyecto que podría cambiar por completo uno de los puntos más conflictivos de la ciudad: el Parque del Amor. La propuesta consiste en construir un paso deprimido (un cruce subterráneo) para mejorar el flujo entre el Periférico y Símbolos Patrios, donde el tráfico suele volverse un caos en horas pico.
Durante su anuncio, el mandatario adelantó que el proyecto está en desarrollo y que se espera tenerlo listo a principios de enero, con la intención de iniciar la obra a finales del mismo mes. La apuesta es clara: disminuir la congestión, reducir accidentes y darle un respiro a una zona que parece no dar abasto.
Movilidad prometida… pero con dudas técnicas
Los pasos deprimidos funcionan separando los niveles de tráfico para evitar cruces peligrosos. Suena bien, pero este tipo de obra requiere excavaciones profundas, muros de contención y sistemas de drenaje muy precisos para evitar inundaciones.
Justo ahí surgen las preocupaciones. Especialistas han señalado que el área del Parque del Amor tiene condiciones delicadas: está muy cercana al Río Atoyac, es una zona con manto freático alto y suele sufrir encharcamientos durante las lluvias. Sin estudios geotécnicos detallados o un plan hídrico robusto, el proyecto podría convertirse en una obra apresurada y vulnerable.
¿Solución o riesgo?
El impacto potencial es grande. Si el paso deprimido está bien diseñado, podría mejorar la movilidad en uno de los embudos viales más pesados de Oaxaca. Pero la poca claridad sobre los estudios previos y la velocidad con la que se quiere iniciar genera inquietud entre urbanistas, arquitectos y ciudadanía.
Por ahora, la expectativa se centra en dos cosas: transparencia y seguridad. La población quiere soluciones reales, no improvisaciones. Y aunque el proyecto promete descongestionar la zona, también exige rigor técnico para evitar que una obra pensada para mejorar la ciudad termine empeorando su infraestructura.

