Petróleos Mexicanos (Pemex) sigue enfrentando graves dificultades económicas, según el informe enviado este miércoles a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). En el primer trimestre de 2025, la empresa estatal reportó pérdidas por 43 mil 328 millones de pesos, una cifra alarmante que se suma a las ya considerables pérdidas del año anterior. Este nuevo golpe financiero se atribuye principalmente a la depreciación del peso y a una reducción de las ventas, factores que siguen afectando la estabilidad de la petrolera nacional.
El panorama es desalentador, ya que las pérdidas de Pemex se mantienen por cuarto trimestre consecutivo, luego de que en 2024 cerrara con una cifra récord de 620 mil 605 millones de pesos en pérdidas. En los tres primeros meses de este año, las pérdidas fueron mucho más graves que las ganancias de 4 mil 682 millones de pesos registradas en el mismo periodo de 2024.
El informe detalló que la disminución en las ventas, el incremento de otros gastos operativos, la volatilidad del tipo de cambio y el pago de impuestos y derechos fueron los principales factores que contribuyeron a estos resultados negativos. Además, la deuda financiera de la empresa se incrementó en un 3.8% con respecto al cierre de 2024, alcanzando un total de 101 mil 065 millones de dólares, lo que representa el nivel más alto desde el primer trimestre de 2024.
La deuda de Pemex, que había experimentado una reducción en 2024, muestra ahora una tendencia al alza debido a la depreciación del peso frente al dólar, lo que ha generado un impacto adicional en los costos financieros de la empresa.
A pesar de los avances en regulaciones e instituciones mencionados por Pemex en su informe, el futuro de la empresa sigue siendo incierto. En cuanto a la producción de hidrocarburos, el primer trimestre de 2025 vio una caída del 11.3% en comparación con el mismo periodo del año anterior, con una producción promedio de 1 millón 615 mil barriles diarios, cifra que refleja la continua lucha de la petrolera por mantenerse competitiva y rentable en un entorno global cada vez más desafiante.
Este complejo panorama financiero pone en evidencia las dificultades estructurales que enfrenta Pemex y genera incertidumbre sobre el rumbo de la industria petrolera en México, un sector clave para la economía nacional.