Oaxaca de Juárez, Oax., 30 de mayo de 2025 — A seis años de que una resolución judicial obligó a los tres órdenes de gobierno a sanear los ríos Atoyac y Salado, en la Zona Metropolitana de Oaxaca (ZMO) aún persisten al menos 59 descargas de aguas residuales en un tramo de 90 kilómetros, según reveló el monitoreo más reciente de la asociación civil Ecosistemas y Paisajes.
El estudio, correspondiente a abril de este año, señala que las descargas —en su mayoría domésticas— se concentran principalmente en tres tramos de estos ríos. De acuerdo con Eloy Leyva Rojas, representante de la asociación, se identificaron 24 descargas en el río Salado desde San Francisco Telixtlahuaca hasta su confluencia con el Atoyac, 18 más en el propio Salado, y 17 adicionales desde el bosque El Tequio hasta Santa Ana Tlapacoyan, en el Atoyac.
Durante el foro “¿Por qué se contaminan los ríos?”, organizado por el Observatorio Ciudadano Comunitario del Agua y Medio Ambiente, Leyva Rojas explicó que la mayoría de las descargas están asociadas al deterioro de la infraestructura sanitaria, es decir, los colectores, y que la ciudad de Oaxaca es uno de los principales focos de contaminación.
El fallo judicial se originó en marzo de 2018, cuando la asociación civil Litigio Estratégico Indígena ganó un amparo (621/2016) que obliga al gobierno federal, estatal y municipal a sanear los afluentes. La sentencia fue confirmada en mayo de 2019 por el Tribunal Colegiado Auxiliar de Acapulco. En noviembre de 2020, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos también emitió una recomendación (057/2020) dirigida a 28 autoridades municipales, la Conagua y otras instancias, para que cumplieran con el saneamiento.
En abril de 2024, el Gobierno del Estado de Oaxaca instaló la Comisión para el Saneamiento de los Ríos Atoyac y Salado, encabezada por el gobernador Salomón Jara Cruz. En su boletín de febrero de este año, el gobierno informó avances: limpieza de 5.47 kilómetros de cauce, retiro de 200 metros cúbicos de escombro y maleza, y trabajos programados en 11 kilómetros lineales.
Pese a estos esfuerzos, Leyva Rojas advirtió que las acciones aún son insuficientes si no se refuerzan con mayor presupuesto y participación social. Añadió que, aunque el proceso podría durar hasta 10 años como ocurrió en El Riachuelo (Argentina), el saneamiento del Atoyac podría lograrse en tres o cuatro años si se destinan los recursos técnicos, económicos y sociales necesarios.
“El río puede sanarse, pero necesita ser respetado, no saturado, y acompañado de voluntad política y social”, concluyó.