Angel Dominguez Ramirez Jr. nació en Tamaulipas y se volvió tan estadunidense que le quitó las tildes a su nombre y apellidos latinos, pero no sólo eso: desde su juventud se enlistó en el Cuerpo de Infantería de la Marina norteamericana y fue precisamente ese entrenamiento militar lo que lo hizo un candidato perfecto para formar parte de organizaciones de tráfico de droga mexicanas.

Otros ciudadanos estadunidenses optaron por perfeccionar diversos métodos de intimidación que tanto han desarrollado los cárteles mexicanos, y algunos, incluso, se volvieron narcosoldados implacables que nacieron y crecieron en la propia Unión Americana.

El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) creó un ejército para distribuir drogas en ese país, y a quienes recluta les enseña cómo resolver las pugnas al estilo mexicano: amenazas e intentos de asesinatos, venganzas, uniformes falsos de policías, rifles AR-15 escondidos en casas particulares, violentos cobradores de deudas… prácticas que se expanden hasta en pequeñas comunidades de este país.