Unos 500 migrantes, parte de la caravana que salió el 24 de diciembre de Tapachula, Chiapas y que fue disuelta el martes por las autoridades migratorias, se reencontraron en la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez, y avanzaron este sábado unos 35 kilómetros hasta Ocozocoautla.

El grupo, parte del llamado “Éxodo de la pobreza”, espera llegar en los próximos días al vecino estado de Oaxaca, pero primero busca arribar a Arriaga, un municipio cercano a la costa y ubicado a unos 130 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez.

La caravana se disolvió el martes pasado tras nueve días de marcha desde Tapachula, porque el grupo de migrantes que permanecía en el municipio de Mapastepec aceptó subir a los autobuses del Instituto Nacional de Migración (INM) a cambio de su regularización migratoria, pero al final, según versiones de decenas de migrantes, las autoridades que les prometieron visas humanitarias los abandonaron en distintos municipios y comunidades de Chiapas.

Los migrantes dispersos en Tuxtla Gutiérrez y en otras ciudades cercanas retomaron su andadura este sábado.

Previamente la noche del viernes, los migrantes se reunieron con varios grupos de extranjeros en el estacionamiento de la central de autobuses de Tuxtla Gutiérrez donde pasaron la noche y comenzaron su marcha cerca de las 6:00 horas de este sábado.

Las personas en tránsito avanzaron por las vías rápidas de la capital de Chiapas intentando sortear la velocidad con la que se mueven los vehículos en la zona urbana y principalmente los de transporte público.

Los migrantes, cansados, con maletas al hombro y empujando algunas carriolas, se mueven sin agua ni alimentos, pero mantienen la ilusión de avanzar kilómetros que los acerquen a su objetivo de llegar a Estados Unidos.

Tras nueve horas de caminata llegaron a Ocozocuatla donde organizaciones defensoras de los Derechos Humanos de migrantes insisten en que el Gobierno mexicano debe otorgarles el libre tránsito tras los documentos otorgados.

Noemi Reyes y sus tres hijos, de Guatemala, obtuvieron un permiso de un mes para transitar en México. Sin embargo, contaron a la agencia EFE que los devolvieran desde Puebla. Con base en engaños “nos dijeron que nos llevarían a la Ciudad de México, pero más bien nos trajeron para abajo otra vez (Chiapas)”.