Campesinos indígenas del estado de Oaxaca se organizaron para crear bancos de semillas para defender al maíz tradicional de la crisis climática, en medio de la lucha del gobierno contra los granos transgénicos, que provienen principalmente de Estados Unidos.

En Oaxaca, en el sur de México, Bernardino Cruz, de 48 años de edad, sembró dos hectáreas de maíz cuando comenzó la temporada de lluvias, que auguraba una buena cosecha, pero desde hace un mes las precipitaciones cesaron.

Por ello, cambió la modalidad de su siembra de temporal a riego para no perder la producción de maíz de la especie nativa “belatove”, una mazorca de unos 10 centímetros de largo compuesta por granos blancos en su mayoría.

De esta cosecha destina la mitad para autoconsumo y el resto para la venta local en Santa Ana Zegache, un municipio indígena zapoteca en la región central de Oaxaca, donde subsisten más de mil 200 productores dedicados al maíz, frijol y calabaza.

“Sin maíz no hay vida porque es lo que comemos, tanto aquí en los pueblos como en la ciudad”, expresa el agricultor a EFE. Tiempo de vacas flacas