En San Pedro y San Pablo Ayutla, Mixe, la comunidad está en estado de agitación debido al intento de reelección del Diputado Local por el Distrito X, Pablo Díaz Jiménez. Las críticas y preocupaciones han surgido debido a las acciones cuestionables que ha llevado a cabo durante su mandato.

El político ha sido objeto de señalamientos por diversos comportamientos impropios, entre los que destaca su conexión con una página pornográfica relacionada con la trata de mujeres, donde se compartían fotografías de mujeres indígenas. Este detalle ha provocado repudio en la comunidad, que no está dispuesta a pasar por alto sus acciones.

Además, se le acusa de ser un consumidor excesivo de alcohol y de burlarse de sus compañeras del gremio, lo que socava la confianza que la comunidad debería depositar en él como representante.

Se le imputa también ser violentador de mujeres y alardear de su supuesto privilegio al tener a su cargo armas de fuego exclusivas del ejército mexicano, lo que plantea serias preguntas sobre su idoneidad para ocupar un cargo público.

En el ámbito local, Díaz Jiménez ha generado conflictos al impulsar la actividad de su constructora, expulsando a Lucy Hernández de Tama y creando tensiones en los municipios de la región mixe. Su gestión parece estar más orientada a satisfacer sus intereses personales que a beneficiar a la comunidad.

Según informes de habitantes que prefirieron mantenerse en el anonimato, el diputado adeuda dinero a un grupo de personas, prometiéndoles gestionar concesiones de taxis, pero hasta la fecha no ha cumplido sus compromisos, generando descontento y desconfianza.

A pesar de las denuncias y revelaciones, Díaz Jiménez persiste en su deseo de reelegirse. Los habitantes expresan su decepción ante un representante que parece priorizar la diversión y la irresponsabilidad sobre la honesta gestión del bienestar de su pueblo. La sombra de sus acciones pasadas y presentes plantea dudas sobre su idoneidad como líder comunitario.