1).- Catorce meses de tropiezos

En 1906, el austriaco Robert Musil, escribió Las tribulaciones del estudiante Törless, que describe el ambiente hostil de una academia militar. Un mundo sórdido y asfixiante, plagado de morbo. Un complot de humillacion y dominio, dicen los críticos. Una trama similar a la que vive el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez. El ambiente de grilla aldeana, tropiezos y fracasos que rodea desde su arribo al edil Francisco Martínez Neri. Profesional en su materia, sucumbió al canto de las sirenas de la política. Con una debilidad: le ha faltado astucia y seguridad en sus decisiones. Elementos necesarios para bogar en este mar de pirañas y escualos. Fue diputado federal por el PRD. Es más, coordinador de la bancada. Además, Secretario de Cultura de Gabino Cué, tiempo después de encabezar con mediano éxito, la rectoría de la UABJO.

Brincó al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Pero no tuvo el éxito esperado. Ganó, sí, la presidencia municipal, pero se entrampó en un futurismo sesgado. Dicen que le apostó a la abortada candidatura de la senadora Susana Harp. Pisó en falso. No está en los afectos de quien manda. Éste ha sido el corolario de una gestión que ha ido dando tumbos. Primero, recibió una administración municipal desfondada. Más de 400 millones de deudas y miseria. A 14 meses de mandato, ha sido incapaz de buscar la hebra de las responsabilidad penal o administrativa. Ha sido tibio y vacilante. Y aguantado vara de manera absurda. Políticamente fue poco hábil para negociar el tema del basurero municipal. El mismo le reventó formalmente el 8 de octubre de 2022.

2).- Basura: bandazos y traspiés

En este tema se cumplieron 5 meses de verdades a medias, declaraciones a bote pronto, una pésima política de comunicación, sólo explicable cuando se ha llenado de compromisos no de lealtades y eficiencia. El rubro del manejo de los residuos sólidos sigue como una Espada de Damocles. Ni visos de una solución definitiva en el horizonte. Eso sí, un desembolso millonario que contrasta con el empobrecimiento explicable del ayuntamiento. Viejos resabios de la izquierda radical, de los años 70-80 del Siglo XX en la UABJO, lo mantienen maniatado. Ese lastre sigue estando en puestos de mando. Ahí subyace el eje de la guerra silenciosa que se libra entre radicales –y enfermos de la izquierda como les llamó V. I. Lenin- al interior del gobierno local. En una esquina, el Secretario de Gobierno  Municipal, el ex guerrllero del EPR, Felipe Edgardo Canseco Ruiz; en la otra, la Síndica, Nancy Belén Mota Figueroa, activista anclada en los atropellos del 2006.

3).- ¿La otra “Primavera” o Cártel del Despojo II?

Una estocada brutal fue el saqueo del corralón “Primavera”. Antes lo fueron los negocios turbios de licitaciones amañadas o la autorización del comercio ambulante. Todos conocen a los responsables. Los festejos de julio pasado fueron emblemáticos. Ante la falta de firmeza y aplicación de la ley –no de amenazas en boletines lanzados al vacío- el ayuntamiento capitalino ha devenido una Cueva de Alí Babá. Ni austeridad ni, mucho menos, lucha contra la corrupción. Se festinó al principio, pero, por la situación de las fuentes coloniales de la entidad, presume un fracaso el apoyo de la sociedad civil para su rescate. No hay obras. El municipio ha ido al tenor de la exigencia ciudadana de actuar sobre la problemática urbana, no antes.

Nadie querrá estar en pellejo de Martínez Neri. Hombre de buena fe tal vez, de proyectos y fidelidad a sus propósitos. Pero asfixiado por la corrupción, la incompetencia y la mediocridad en su gobierno. Incapaz de corregir el rumbo. Dando palos de ciego. Incomunicado y desinformado. Falto de carácter para dar golpes de timón. Los coletazos de la sustracción ilegal de al menos 800 vehículos –más de 400 automóviles y 350 motocicletas- apenas asoman. Y no basta con 6 renuncias voluntarias u obligadas, sino que caigan las cabezas de esta arremetida de corrupción y bandidaje. En tanto, Martínez Neri sigue navegando entre la opacidad y el valemadrismo.