Un devastador terremoto de magnitud 7,7 sacudió el centro de Myanmar el viernes, con un fuerte impacto también en la vecina Bangkok, la capital de Tailandia. El movimiento sísmico generó pánico entre la población, que salió corriendo de los edificios de la ciudad tailandesa, mientras que en la región birmana se reportaron graves daños.
El terremoto, uno de los más poderosos registrados en la región en los últimos tiempos, fue seguido por una réplica de magnitud 6,4, que mantuvo la tensión y el temor en las áreas afectadas. Los temblores también fueron sentidos en otras zonas de Tailandia y China, pero fue en Bangkok donde se registraron los mayores daños, con varios edificios colapsados, dejando a su paso escenas de caos y desesperación.
Las autoridades locales han desplegado equipos de emergencia para realizar labores de rescate, mientras evalúan los daños y coordinan la ayuda a los afectados. Según medios locales, se reportan numerosas personas heridas y atrapadas bajo los escombros de los edificios derrumbados. En redes sociales, las imágenes del desastre circulan rápidamente, mostrando calles cubiertas de escombros y ciudadanos buscando refugio.
Las autoridades de ambos países, Myanmar y Tailandia, están trabajando de manera conjunta para asistir a las víctimas y garantizar la seguridad de los ciudadanos. En medio de este desastre, las alertas se mantienen activas, ya que la región es conocida por su actividad sísmica debido a la interacción de diversas placas tectónicas.
Por el momento, se recomienda a los habitantes de las áreas afectadas que sigan las indicaciones de protección civil y se mantengan en lugares seguros hasta que la situación se estabilice y los equipos de rescate puedan garantizar la seguridad de todos.