La autopista Oaxaca-Cuacnopalan, clave para la conexión entre el sureste y el centro del país, se ha convertido en un verdadero desafío para automovilistas y transportistas. A pesar de los incrementos en las tarifas de peaje, los usuarios se quejan de las malas condiciones de la vía, que incluyen baches, derrumbes, obras inconclusas y una señalización deficiente.
Peajes más caros, pero sin mejoras visibles
Desde noviembre de 2023, los usuarios comenzaron a pagar un 3% más por el peaje en el tramo Oaxaca-Nochixtlán, que pasó de 100 a 103 pesos. El 10 de enero de 2025, el precio en la caseta de Huitzo aumentó de 103 a 109 pesos para vehículos compactos, como parte de un ajuste nacional del 6.4% en las autopistas concesionadas. Sin embargo, los conductores aseguran que este incremento no se refleja en mejoras visibles en la infraestructura de la autopista, que sigue presentando condiciones deficientes y peligrosas.
Obras lentas y señalización insuficiente
En octubre de 2024, un accidente dañó el puente en San Sebastián Xochimilco, lo que originó trabajos de rehabilitación que aún no muestran avances significativos después de más de seis meses. La señalización en la zona es escasa y mal colocada, lo que dificulta que los conductores puedan reducir la velocidad con anticipación, aumentando el riesgo de accidentes.
Derrumbe y paso provisional
El 11 de marzo de 2025, un derrumbe en el kilómetro 206 bloqueó completamente la vía durante 12 horas, lo que generó retrasos de hasta una hora. A más de un mes del incidente, los trabajos de remoción avanzan lentamente y solo hay un paso alterno habilitado, pero el desvío provisional ha resultado insuficiente para el volumen de carga vehicular, sobre todo en las horas pico y durante los recientes periodos vacacionales, donde las filas llegaron a extenderse hasta 4 kilómetros en la zona de Huitzo.
Asfalto deteriorado y riesgos constantes
El mal estado del asfalto entre Nochixtlán y Oaxaca, con baches, cuarteaduras y parches temporales, obliga a los conductores a realizar maniobras bruscas para evitar accidentes. A pesar de las numerosas quejas, las autoridades no han presentado un plan integral para el mantenimiento de esta vialidad.
Transportistas afectados por bloqueos constantes
El mal estado de la autopista también ha afectado gravemente a los transportistas. Los constantes bloqueos en puntos clave como Coixtlahuaca, Huitzo y Nochixtlán generan largas filas y demoras, a veces de horas, lo que provoca la pérdida de mercancías y dificulta el transporte de productos esenciales. Los trabajadores del sector han manifestado su frustración por la falta de acción de las autoridades, que no parecen priorizar la mejora de una infraestructura vital para el comercio y la movilidad en la región.
En resumen, la autopista Oaxaca-Cuacnopalan, lejos de ser una vía rápida y segura, se ha convertido en un recorrido lleno de obstáculos, que pone en riesgo la seguridad de quienes la transitan y aumenta los costos tanto para automovilistas como para transportistas. Las quejas por el deterioro de la infraestructura y el aumento de los peajes siguen creciendo, mientras las autoridades parecen no ofrecer soluciones a corto plazo.