Luego del cierre de su precampaña, si yo fuera Claudia Sheinbaum, estaría muy agradecida con Marko Cortés y José Murat… Con el primero, por pendejo, y con el segundo, porque al parecer, el hijo del viejo tenía algo más que ofrecerle a Claudia en su camino hacia la presidencia.
Además de haber entregado una gubernatura, rumoran que la marca Murat se encargó de desarticular varios grupos de militantes priistas a lo largo del país, mismos que habían sido consolidados en las épocas de Enrique Ochoa al frente del PRI. Sinaloa, Hidalgo y Veracruz, son los ejemplos más visibles.
Alejandro Murat sabe que la desbandada que esto generó, sumada a la creación de la Alianza Progresista, será recompensada con unas buenas “cuotas políticas”. Esas cuotas que el presidente del PAN alega que no le respetaron… Nomás que en el PRI, podrán ser unas ratas, pero difícilmente se rebajan al nivel del idiota que preside la segunda fuerza política en México.
Y hablando de fuerza política… ¿Qué tanta tendrá Liz Arroyo para andar descalificando precandidatos a la presidencia municipal? Liz tiene el control de algunos miembros del consejo de MORENA, pero no le alcanza ni madres para pelear una presidencia municipal; además, tiene muy mala reputación. Dicen que se rodea y proviene de una familia ciertamente turbia.
A su hermano Jorge lo señalan como el autor intelectual de una masacre de indígenas en San Mateo del Mar… y ya saben, lo típico, querían mal ejercer, por no decir “chingar”, 80 millones del pueblo y los indios se pusieron pendejos. Por eso los mataron…
Su otro hermano, Diógenes, se hizo constructor en las épocas de Gabino Cué, y se ha convertido en un prominente empresario, aunque lo señalan de ir defraudando a cualquier comunidad en la que supuestamente desarrollaba obra. Nomás que este cuate es bastante cercano a Bejarano, “El Señor de las Ligas”, es protegido de éste y de varios caciques. Por eso nadie lo toca.
¿Y Liz Arroyo? De dónde saca la lana, porque fácilmente se le puede identificar con un parásito, como ella dice, si financia sus campañas con la lana que su esposo, Miguel de Jesus, le pellizca a las arcas municipales de Tlaxiaco.
Su mala reputación nos revela qué clase de persona es… o ¿A qué le teme? Carga una escolta más grande que la del titular de la JOCUPO, y similar a la del Fiscal del Estado. Súmenle que tiene fama de ser una déspota y no pagarle a sus trabajadores.
Pero bueno, es mujer, y en MORENA hacen falta mujeres; pero que no se confundan, Oaxaca no siente orgullo por políticas como ella.
Y ya que hablamos de la intensa pugna para perseguir la presidencia municipal. No se vayan con la finta, Martínez Neri podrá ser conocido en las encuestas, pero de ninguna manera cuenta con la intención del voto. La basura y la inseguridad lo tacharon con la peor reputación. Por su culpa la gente se siente insegura en la calle.
Liz podrá repetir como diputada, pero Neri debería retirarse de la política. Irse de Oaxaca.