Oaxaca, México. — Lo que comenzó como un campamento escolar por el Día del Niño en el Colegio Francoise Dolto terminó en tragedia. Una fogata mal manejada por un profesor provocó quemaduras de primer y segundo grado a varios menores de edad, dejando a dos niñas de apenas cuatro años en estado grave. A siete días del incidente, los directivos del colegio no han asumido responsabilidad, y el caso ha destapado serias irregularidades en el funcionamiento de la institución.
Los hechos ocurrieron la noche del 29 de abril, alrededor de las 22:00 horas, cuando el profesor de educación física, identificado como Jonathan N., intentó avivar una fogata con una botella de alcohol. La reacción del producto con el fuego causó una explosión, alcanzando a varios niños que se encontraban cerca.
Madres y padres de familia denunciaron que la institución no contaba con extintores ni protocolos de emergencia, y además operaba sin autorización oficial ni validez de estudios refrendada por las autoridades educativas. El colegio está ubicado en la calle Berriozábal 118, en Oaxaca capital.
Una de las niñas afectadas, Kazumi, fue trasladada en estado crítico al Hospital Shriners en Galveston, Texas, con quemaduras de segundo grado, gracias a gestiones realizadas por sus propios padres. Otra menor, Kinich, permanece grave en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña. Según las madres, los directivos tardaron en contactar a los familiares y en trasladar a los niños heridos a hospitales.
“Nos enteramos por los niños. Nadie nos explicó lo que pasó. Solo nos llamaron en la madrugada para decirnos que nuestras hijas estaban quemadas”, señalaron las madres en una conferencia de prensa, donde también acusaron a la escuela de manipular la escena, retirar celulares a los estudiantes y no permitir presencia de padres durante el campamento.
Las familias exigen la revocación de la clave del colegio y reparación integral del daño, incluyendo atención médica y psicológica para los menores afectados. Hasta ahora, la Fiscalía de Oaxaca ya aseguró el inmueble, y el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) colocó sellos de suspensión de actividades.
El director del IEEPO, Emilio Montero, declaró que lo prioritario es salvaguardar la integridad de los niños, y no descartó la posibilidad de cancelar definitivamente la operación del plantel. “Es mejor perder unos días de clases que arriesgar la vida de los menores”, dijo.
Mientras continúan las investigaciones, madres y padres de familia exigen justicia y subrayan que lo ocurrido no fue un accidente, sino el resultado de una cadena de negligencias.