La noche del jueves, un espectacular eclipse penumbral de Luna deslumbró a los observadores astronómicos en diversas partes del país, ofreciendo un espectáculo natural de belleza única. El fenómeno, que se produjo cuando la Tierra se interpuso entre el Sol y la Luna, provocó un sutil oscurecimiento en la superficie lunar, creando una atmósfera mágica que cautivó a los espectadores.

Durante varias horas, la Luna mostró un tono rojizo característico, producto de la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre, un fenómeno conocido como la “Luna de sangre”. Este tipo de eclipses, aunque menos notorio que los totales, sigue siendo un atractivo para los entusiastas de la astronomía, quienes pudieron observar el evento sin la necesidad de equipos especializados. Sin embargo, para los que contaron con telescopios y cámaras adecuadas, como las de Eduardo González de Territorio Score, fue posible capturar con mayor precisión el fascinante cambio de tonalidad en el satélite natural.

En Oaxaca, grupos de observadores se reunieron en espacios abiertos para disfrutar del fenómeno. Este eclipse lunar, el primero del año, fue un recordatorio de la belleza y la complejidad de los eventos astronómicos. Según la NASA, el siguiente eclipse similar ocurrirá en septiembre, por lo que los expertos recomiendan estar atentos a futuras ocasiones para estudiar la interacción entre los cuerpos celestes.

Además de la admiración científica, el eclipse inspiró a muchos fotógrafos y aficionados a compartir sus imágenes en redes sociales, donde las capturas de la Luna teñida de rojo se viralizaron rápidamente, mostrando el interés y la fascinación que estos fenómenos naturales continúan generando.