Con 409 votos a favor y 69 en contra, la Cámara de Diputados de México aprobó las reformas constitucionales que prohíben el cultivo de maíz transgénico en el territorio nacional. Esta iniciativa, propuesta por la mandataria Claudia Sheinbaum, busca proteger la identidad cultural y la seguridad alimentaria del país, reconociendo al maíz como un elemento fundamental de la cultura y la alimentación mexicana.
La reforma modifica los artículos 4 y 27 de la Constitución, asegurando que el cultivo del maíz en México debe ser libre de modificaciones genéticas, incluidas las transgénicas. El objetivo es evitar la contaminación genética del maíz nativo, proteger los acervos genéticos nacionales y prevenir la dependencia de las semillas y patentes extranjeras, particularmente aquellas producidas por empresas transnacionales.
Durante la sesión que duró más de cuatro horas, los diputados de Morena y sus aliados, así como algunos representantes del PRI y Movimiento Ciudadano, respaldaron la propuesta. En cambio, el Partido Acción Nacional (PAN) se mostró en contra de la reforma.
El nuevo marco constitucional subraya la importancia del maíz como un alimento básico para el pueblo mexicano y como un pilar cultural para las comunidades indígenas y afromexicanas. Además, la reforma resalta la necesidad de garantizar la independencia del país respecto a la propiedad de las semillas, promoviendo modelos agrícolas sustentables y el manejo agroecológico del maíz nativo.
Uno de los puntos clave de la reforma es que el uso de maíz genéticamente modificado será evaluado para asegurar que no represente una amenaza para la bioseguridad, la salud o el patrimonio biocultural del país. Asimismo, la modificación al artículo 27 de la Constitución plantea que el Estado fomentará el desarrollo rural, económico y cultural, mejorando el bienestar de los campesinos y promoviendo su integración al desarrollo nacional.
La propuesta de reforma fue presentada por la presidenta Claudia Sheinbaum a finales de enero, después de la conclusión del comité del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que había señalado que la prohibición de la importación de maíz transgénico en 2023 no cumplía con los estándares internacionales y científicos establecidos por el acuerdo.
Esta reforma marca un hito en la política agrícola de México y reafirma el compromiso del país con la protección de su biodiversidad y su patrimonio cultural.