El pasado 19 de marzo se celebró el Día Nacional de las y los Artesanos en México, un sector fundamental para la identidad y economía cultural del país. Con una participación del 19.1% en el Producto Interno Bruto (PIB) del sector cultural, las artesanías mexicanas son un pilar que genera importantes ingresos y empleo. De acuerdo con el informe más reciente de la Cuenta Satélite de Cultura del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el sector cultural aportó en 2023 un total de 820 mil 963 millones de pesos al PIB, lo que representa el 2.7% de la economía nacional.

En el estado de Oaxaca, por ejemplo, alrededor de 95 mil personas trabajan en la producción artesanal, según la Secretaría de Desarrollo Económico estatal. Sin embargo, a pesar de su relevancia económica y cultural, los artesanos mexicanos enfrentan una serie de retos que dificultan su desarrollo.

Uno de los mayores obstáculos es la falta de apoyo gubernamental, que se traduce en una escasa infraestructura para la comercialización, tanto en mercados físicos como digitales. La burocracia y las complicaciones fiscales, como la dificultad para cumplir con los requisitos del Servicio de Administración Tributaria (SAT), también limitan su capacidad para formalizar y expandir sus negocios.

Otro de los problemas más graves que enfrentan las y los artesanos es el plagio y la apropiación cultural, especialmente en el caso de textiles tradicionales. A pesar de la implementación de leyes como la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas (2022), los casos de copia de diseños continúan. Ejemplos de esto incluyen a grandes marcas como Levi’s, la diseñadora Isabel Marant, y empresas como Walmart, que han comercializado productos basados en los diseños tradicionales de comunidades como Santa María Tlahuitoltepec y el Istmo de Tehuantepec, sin el debido reconocimiento a los creadores originales.

Además del plagio, otro desafío importante es el regateo constante de precios, que menoscaba el valor real de las piezas artesanales y afecta las ganancias de los creadores.

A pesar de estos obstáculos, los artesanos continúan siendo una fuente vital de empleo y cultura, con el sector generando más de un millón de empleos directos en México. Las autoridades y la sociedad civil deben seguir trabajando para fortalecer la protección y promoción de las creaciones artesanales, asegurando un futuro más justo y reconocido para quienes preservan las tradiciones que enriquecen la identidad nacional.