Salina Cruz, Oaxaca.- Ante los repetidos eventos contaminantes protagonizados por la refinería “Antonio Dovalí Jaime” de Petróleos Mexicanos (Pemex), las autoridades locales de Salina Cruz convocaron a una reunión urgente con funcionarios de los tres niveles de gobierno para buscar soluciones. Sin embargo, la reunión dejó fuera a los principales afectados: pescadores y trabajadores de la extracción de ostiones, quienes se encuentran en la primera línea de daño debido a los derrames de hidrocarburo y sus derivados.

De acuerdo con un informe de las autoridades de Ecología, entre marzo de 2022 y febrero de 2025 se registraron un total de 38 eventos contaminantes, de los cuales 28 fueron derrames en las costas y 10 fugas urbanas. Sin embargo, los pescadores de la bahía La Ventosa sostienen que estas cifras son insuficientes, asegurando que la refinería ha estado descargando aguas residuales e industriales no tratadas a través de emisores que datan de 1979, lo que ha provocado serios daños ecológicos y económicos en la región.

Recientemente, el 6 de marzo, la Cooperativa Barra del Río Tehuantepec denunció que, solo en lo que va del año 2025, han contabilizado al menos 10 nuevos derrames de contaminantes provenientes de la refinería. Según las autoridades locales, los derrames han afectado principalmente a zonas como Bahía La Ventosa, Playa Abierta, Playa Brasil, Playa Salinas del Marqués y Playa Azul. Además, las fugas de combustóleo, gasolina y amoniaco han tenido un impacto negativo en las colonias urbanas de Lombardo Toledano, Vicente Guerrero y Linda Vista, así como en las inmediaciones de la plaza La Sevillana.

En la reunión, las autoridades ecológicas pidieron la intervención de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) para que sancione a Pemex por los constantes derrames y fugas que ponen en peligro tanto la salud de la población como la economía de los pescadores y restauranteros locales. Los pescadores, por su parte, esperan una respuesta de Pemex, pero mantienen una postura firme en exigir la reparación urgente de las dos plantas de tratamiento de aguas residuales que la refinería tiene en desuso desde hace 11 años.

Durante el encuentro, las autoridades municipales plantearon la posibilidad de que Salina Cruz obtenga la certificación ECOPORTS, lo que obligaría al puerto a mejorar su infraestructura ecológica, incluyendo plantas de tratamiento de aguas, recolección adecuada de residuos y el uso de energías renovables para reducir su impacto ambiental.

La situación en Salina Cruz sigue siendo crítica, y tanto autoridades como habitantes de la región exigen respuestas inmediatas a los problemas ambientales generados por la refinería de Pemex.