¿Cómo es posible que políticos acusados de corrupción alcancen tanto revuelo en los medios de comunicación? Muchas veces se debe a que sus opositores reaccionan de manera desproporcionada. De hecho, las acusaciones por corrupción resultan más en un espectáculo que en una consecuencia real.

Luego, cuando captan la imaginación ciudadana, les provocan la sed de justicia. En consecuencia, los gobiernos en turno suelen sentirse obligados a reaccionar frente al teatro de corrupción persiguiendo a los culpables … Ya lo hemos visto con el “Cártel del Despojo” y las participaciones de Sagrero, los Conzatti y demás involucrados.

¿Pero qué ocurre con los perfiles bajos que no alcanzan relevancia suficiente para captar la atención ciudadana? Pues que generalmente, gozan de más impunidad que los mismos políticos.

Por ejemplo, hace como 3 años, el Conacyt destinó lana a ciertas universidades para que apoyaran a jóvenes emprendedores. Les llaman “incubadoras de negocios”., y quienes saben lo que cuesta levantar un negocio, pueden reconocer que la lana y el apoyo externo es fundamental para salir adelante. Nomás que en una prestigiosa institución en San Raymundo Jalpan, más bien decidieron chingarse la lana.

Cuentan que un par de tocayos de nombre Guillermo eran cómplices en la aprobación de presupuesto destinado a proyectos que nunca se llevaban acabo, y dicen que la lana más bien se ocupaba para que estos dos cuates se pusieran a coleccionar carritos de lujo.

Luego de una auditoría interna en la universidad, salió embarrado hasta al ex-Rector, algunos más salieron corridos, pero un Guillermo se salvó. Seguramente por que es un verdadero líder de acción positiva. Menos mal que nomás roba dinero, y no abusa de menores como el Padre Maciel. Y no sé si me corresponda opinar sobre el curso de investigaciones internas de las instituciones, pero encubrir delitos por cuidar reputaciones, también es delito.

En fin, pobre de nuestro Estado, las consecuencias de la corrupción ya se reflejan por todos lados. Tan sólo la capital vive en el común denominador de la inseguridad, la prostitución y el saqueo de recursos públicos.