Este fin de semana, médicos y enfermeros del Centro de Salud de Servicios Ampliados (CESSA), en el Municipio de San Lucas Ojitlan, Oaxaca, ubicado en la región de la Cuenca del Papaloapan, expusieron una realidad desgarradora, sobre las condiciones en las que brindan atención médica a la población de la etnia chinanteca.

El personal médico decidió alzar la voz al compartir imágenes que revelan la lamentable infraestructura en la que el CESSA opera. Un grito silencioso que exhibe en las paredes agrietadas y los pasillos desgastados, un servicio de salud que clama por una intervención urgente, toda vez que “se está cayendo pedazos”, literalmente.

Cabe mencionar que el Servicio de Salud Ampliado en San Lucas Ojitlán fue erigido durante el gobierno del Partido Revolucionario Institucional, PRI, con Ulises Ruiz Ortiz como gobernador en Oaxaca. Una inversión que rondó los 23 millones de pesos, entregada al sector salud de San Lucas Ojitlan.

Sin embargo, hoy, esta estructura que alguna vez prometió alivio y cuidado, se tambalea en la penumbra de la negligencia. Es importante señalar que durante la pasada campaña electoral, el actual presidente municipal Isidro Ortega Silva se comprometió a reconstruir y mejorar la infraestructura del CESSA, así como gestionar reinversiones ante el gobierno del estado, pero hasta la fecha, estas promesas y compromisos resuenan en el silencio.