A sus 43 años, Artura ha pasado casi tres décadas dependiendo de una silla de ruedas para poder desplazarse, enfrentándose a desafíos diarios que van desde el estado de las calles hasta la obstrucción de rampas. Su vida cotidiana en la ciudad de Oaxaca, así como en su municipio de San Sebastián Tutla, se ve marcada por las dificultades que las personas con discapacidad deben superar debido a la falta de infraestructura adecuada.
Aunque en el último año el sistema de transporte Citybus ha facilitado su desplazamiento, Artura sigue enfrentando serias dificultades en las calles oaxaqueñas. Las banquetas deterioradas, las rampas en mal estado y la obstrucción de espacios destinados a personas con discapacidad por parte de vehículos y puestos de venta son una constante en su día a día. “Ya no me cuesta mucho trasladarme gracias al Citybus, pero en las calles es un verdadero desafío. Hay lugares donde no hay rampas, o donde hay baches que complican el recorrido”, comenta mientras cruza la Alameda de León en el centro histórico de la ciudad.
Artura, originaria de la región Mixteca, lleva 15 años viviendo en la zona metropolitana de Oaxaca y es uno de los 273 mil 876 habitantes del estado que viven con alguna discapacidad. En la capital, alrededor de 13 mil 826 personas enfrentan las mismas dificultades. Aunque existen rampas, señaléticas y espacios de estacionamiento reservados, la infraestructura a menudo está fuera de lugar o no se respeta, lo que genera aún más exclusión social. “No solo se trata de la infraestructura, también hay mucha suciedad en las calles, como excremento de perros o basura que se pega en las llantas de la silla de ruedas”, denuncia Artura.
A su vez, Juliana Martínez, una mujer de 84 años proveniente de Tlacolula, también enfrenta obstáculos en su camino. Utilizando un bastón para caminar, sufrió dificultades al transitar por la calle Macedonio Alcalá, una vialidad peatonal que, a pesar de ser comúnmente usada por transeúntes, presenta banquetas en mal estado que le dificultan avanzar con seguridad.
Placas para invidentes sin mantenimiento
Otro problema significativo en la ciudad es el deterioro de las placas en sistema Braille, colocadas para orientar a las personas invidentes. Desde su instalación en 2012, estas placas no han recibido el mantenimiento adecuado, lo que las ha llevado a estar rayadas, pintadas o incluso desaparecidas en varias zonas del centro histórico. A pesar de los esfuerzos del gobierno local para rehabilitar las placas, la situación persiste, dejando a las personas invidentes con grandes dificultades para movilizarse por la ciudad.
Este panorama es un claro reflejo de la falta de un compromiso real por parte de las autoridades para garantizar la accesibilidad y la inclusión de las personas con discapacidad. Artura y otros afectados piden a las autoridades que tomen acciones concretas para mejorar la infraestructura urbana y garantizar que todos los ciudadanos puedan desplazarse libremente y con dignidad, independientemente de sus condiciones físicas.
Un llamado urgente
En sus 15 años viviendo en la zona metropolitana de Oaxaca, Artura asegura que las mejoras en infraestructura para personas con discapacidad han sido mínimas. Por ello, hace un llamado urgente a las autoridades locales para que implementen reformas que realmente beneficien a quienes más lo necesitan, haciendo de Oaxaca una ciudad más accesible para todos.